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  • La cr nica compart a espacio con una

    2019-05-21

    La crónica compartía espacio con una nota que anunciaba la falta de alimentos y los bombardeos de la aviación somocista que obligaban PKI 14-22 amide, myristoylated los capitalinos a huir de la ciudad, “mientras los ‘muchachos’ del Frente Sandinista lograron el control de varios sectores en el sur y el sureste de Managua y los combates con artillería pesada se libran ya a cinco cuadras del bunker de Anastasio Somoza”. Al lado de los “compas” nicas, Idalia recorría las ciudades de Matagalpa, Masaya, León, Estelí, Chinandega y Managua. La nota gráfica del día corrió a cargo de Pedro Valtierra con dos imágenes que mostraban los enfrentamientos en Masaya y que dialogan de manera natural con el mensaje de la joven a su madre. Pedro Valtierra sostiene que esta chica “era más que una persona, era una imagen que sintetizaba la guerra”. Si consideramos esto podemos argumentar que Idalia puede ser una de las tantas combatientes retratadas a lo largo de los 52 días que permaneció en Nicaragua, y una de las cinco que aparecieron en las páginas de Unomásuno. La Idalia de Jaime Avilés traspasó el tiempo y un año más tarde, durante el desfile militar, Pedro Valtierra encontró a una joven que se convertiría en su Idalia. Finalmente, Idalia de tinta y papel se transformó en Idalia de luz y plata. El sábado 19 de julio de 1980, Unomásuno publicó en primera plana una pequeña fotografía de Fidel Castro y Daniel Ortega abrazándose fraternalmente a la llegada del primero al aeropuerto Augusto César Sandino —fotografía de Pedro Valtierra—. Ese día el suplemento cultural Sábado dedicó su número al primer aniversario del triunfo, para ello se recuperaron tres textos, uno de ellos fue la crónica de Idalia y cuatro fotos de Valtierra capturadas un año atrás que acompañaron los textos. Los festejos oficiales iniciaron el 19 en Managua y al día siguiente Valtierra viajó con un grupo de reporteros y fotógrafos internacionales a Estelí, donde se realizó otra celebración con un gran desfile. Caminando para capturar diversos ángulos de la parada militar, el fotógrafo distinguió en medio de un contingente del Ejército Popular Sandinista a gonadotropin-releasing hormone (GnRH) una mujer, entre muchas que marchaban con sus armas. Con su cámara Nikon y el telefoto fijo de 180mm disparó dos veces capturando a esta chica que según sus palabras sintetizaba “el esfuerzo de la mujer en la lucha, es la interpretación que yo le doy, la mujer triunfadora ya no la guerrillera ni la clandestina”. Muchos detalles escapan a la memoria del fotógrafo, pero aún recuerda aquél día en Estelí y lo que significó la presencia de esta chica frente a su cámara. (Imágenes 7 a 9). La crónica de Avilés se convirtió en una imagen y lentamente inició su andar, dando pie a nuevas interpretaciones y diversos usos. En la década de los ochenta, Valtierra viajó a El Salvador a cubrir los enfrentamientos armados, de esta noticia se escribió un artículo que detallaba la situación del país a partir de un recorrido por su historia reciente. Para completar la nota se publicó el retrato de una combatiente, se trataba de Idalia, la guerrillera sandinista descontextualizada y usada como simple ilustración de un movimiento guerrillero al que no pertenece. Su edición resaltó la figura femenina de la nicaragüense que trasmutó a salvadoreña en la mesa de edición. Ese mismo año Idalia salió de nuevo del archivo para convertirse en memoria visual de la lucha nicaragüense, a través del cartel distribuido en México por el Comité Manos Fuera de Nicaragua. El uso en esta ocasión responde a un acto político en apoyo al pueblo que vislumbraba otra intervención estadounidense: la Contra apoyada y financiada por el gobierno de Ronald Reagan al iniciar la década de los ochenta. Este nuevo uso le regresó su intención original de dignificar la lucha sandinista y le otorgó un nuevo valor estético e histórico a la imagen, ahora atemporal. (Imágenes 10 y 11).